Ya hace un par de años que los profesionales de implantes dentales coinciden en que los implantes cigomáticos son ideales en el supuesto de que se haya perdido mucho hueso y los dientes. No obstante, hasta 2012 la técnica se limitaba a extraer una muestra de hueso de otra parte del cuerpo que se utilizaba, posteriormente como injerto. Una de las consecuencias de esta técnica a corto plazo era principalmente la incapacidad oral durante 8 semanas del paciente que era un duro golpe a nivel psicológico. Actualmente, esta técnica se ha ido perfeccionando gracias a numerosos profesionales de prestigio.
Arco cigomático, la clave para hacer historia
Para los usuarios que no conozcan en qué consiste, se define como arco cigomático al hueso que está situado en el cráneo, sobre todo el que está ubicado en los maxilares. Hasta hace bien poco los implantes cigomáticos consistían en la implantación de una injerto que, para que nos entendamos, “ampliaba” ese hueso y en el que era posible incluir implantes denominados cigomáticos justamente por la intervención quirúrgica previa a los implantes que normalmente tenía un periodo de 6 a 8 semanas de descanso. En este tiempo que se esperaba, el dolor era uno de los principales rasgos de los que se quejaban los pacientes.
El proceso de rehabilitación de la cirugía
Este largo periodo es, actualmente, mucho más fácil de llevar gracias a que los procesos de rehabilitación incluyen desde tratamiento farmacológico hasta un seguimiento exhaustivo. Si es usted paciente de una buena clínica encontrará todo el apoyo necesario después de la intervención quirúrgica para ubicar el injerto en el arco cigomático y, posteriormente, la adaptación a los implantes que es un proceso mucho más corto que el anteriormente citado.
Imagen cortesía de Flá_Costa